viernes, octubre 27, 2006
Querid@s tod@s:
Llevo todo este mes de octubre moviendo mi próxima novela SIEMPRE NOS QUEDARÁ CUZCURRITA y me he vuelto a dar de bruces con la complejidad del sistema editorial.
En primer lugar hice los deberes, me zambullí en la red buscando todos los agentes y/o editoriales que, por su perfil, clientes o colecciones pudieran estar interesados en la obra, luego redacté una carta en la que, además de comentar (vender) la obra, explicaba (me vendía) algo de mi persona. Finalmente y cruzando los dedos comencé a enviar los correos por oleadas.
He enviado unos treinta e-mails y las respuestas han sido de lo más variopinto: "sin perjuicio de su indudable calidad literaria nos vemos obligados a ..." (hombre, si tiene esa "indudable" calidad literaria, no te obligues a nada, publicala!), "su obra tiene un interés manifiesto, sin embargo..." (no me digas que tiene interés para luego hablarme de asuntos mundanos y/o etéreos que te impiden gestionarla. De todos modos las mejores respuestas han sido las de tipo: "no podemos hacernos cargo de su obra porque estamos saturados de trabajo" (eing???).
En cualquier caso esos son los pocos que se han dignado a contestar ya que la mayoría de los agentes no te contestan lo que contrasta con las pequeñas editoriales que esas siempre acaban contestando si bien con "perlas" como las que os he mostrado antes.
Un día, aburrido, decido comenzar a llamarles por teléfono (mas que nada para saber y, en su caso, fastidiar, un poco) y entonces me dicen que la mejor manera de publicar en este país es... ¡saliendo por la televisión! Ja, ja, ja. Bueno, otra posibilidad es hacerse amigo de un famoso (si es escritor y vende, mejor). Entonces, ¡claro! uno no sabe que hacer, ¿tengo que buscar un escritor que venda y sea famoso y hacer/hacerle algo para salir por la tele? (ummmmm! No lo veo).
Bueno, seguiremos informando.
Llevo todo este mes de octubre moviendo mi próxima novela SIEMPRE NOS QUEDARÁ CUZCURRITA y me he vuelto a dar de bruces con la complejidad del sistema editorial.
En primer lugar hice los deberes, me zambullí en la red buscando todos los agentes y/o editoriales que, por su perfil, clientes o colecciones pudieran estar interesados en la obra, luego redacté una carta en la que, además de comentar (vender) la obra, explicaba (me vendía) algo de mi persona. Finalmente y cruzando los dedos comencé a enviar los correos por oleadas.
He enviado unos treinta e-mails y las respuestas han sido de lo más variopinto: "sin perjuicio de su indudable calidad literaria nos vemos obligados a ..." (hombre, si tiene esa "indudable" calidad literaria, no te obligues a nada, publicala!), "su obra tiene un interés manifiesto, sin embargo..." (no me digas que tiene interés para luego hablarme de asuntos mundanos y/o etéreos que te impiden gestionarla. De todos modos las mejores respuestas han sido las de tipo: "no podemos hacernos cargo de su obra porque estamos saturados de trabajo" (eing???).
En cualquier caso esos son los pocos que se han dignado a contestar ya que la mayoría de los agentes no te contestan lo que contrasta con las pequeñas editoriales que esas siempre acaban contestando si bien con "perlas" como las que os he mostrado antes.
Un día, aburrido, decido comenzar a llamarles por teléfono (mas que nada para saber y, en su caso, fastidiar, un poco) y entonces me dicen que la mejor manera de publicar en este país es... ¡saliendo por la televisión! Ja, ja, ja. Bueno, otra posibilidad es hacerse amigo de un famoso (si es escritor y vende, mejor). Entonces, ¡claro! uno no sabe que hacer, ¿tengo que buscar un escritor que venda y sea famoso y hacer/hacerle algo para salir por la tele? (ummmmm! No lo veo).
Bueno, seguiremos informando.
